Este es un encuentro casual pero buscado entre Juana y uno de los principales líderes del grupo de izquierda en la cafetería de
JP: Y entonces Juanita… ¿ya lo pensó?
Juana: No hay mucho que pensar Juan, yo no puedo dejar mi carrera, no estoy preparada para meterme en esto de cabeza.
JP: Pero nadie te dijo que tenias que dejarlo todo. Hay que empezar por el principio, cógela suave, a nosotros no nos interesa que dejes tu carrera, por el contrario queremos que sigas. Y por el tiempo no te preocupes, es cuestión de organizar el horario y después ya te vas acostumbrando.
Juana: Bueno y… suponiendo que yo dijera que sí, que pasa, luego que sigue.
JP: Pues eso depende de ti. Tu decides hasta dónde quieres llegar y que tanto quieres hacer por cambiar la realidad política de este país.
A Juana le brillaron los ojos, por fin había conocido a una persona que pensaba como él, que la tenía clara y no le daba miedo. Ese fue el día en el que todo empezó a cambiar en su vida.
Juana: Sí Juan. Pero cuéntame más que tengo que hacer ¿cuál será mi rol dentro de la organización?
JP: Eso tenemos que charlarlo en grupo, tu sabes acá hay mucha gente, pero así a grandes rasgos te puedo contar que serías la imagen del movimiento y después vemos a ver como te va con eso.
Juana: Juan, ¿pero y luego que? ¿Esto hasta dónde va llegar, serán unos meses o que?
JP: Como te digo mi niña, eso depende de ti. Tú eres la dueña de esta historia, todas esas preguntas las tienes tú.
Juana: Bueno Juan, me tengo que ir a clase. Voy a pensarlo y estamos hablando, nos vemos el martes en la reunión.
JP: Listo mi niña, yo hablo con el grupo y cuando usted me diga nos reunimos con ellos.
Se despiden como dos amigos que se conocen de toda la vida, a pesar de que llevan apenas un par de semanas. Juana efectivamente se quedó pensando en la propuesta todo el fin de semana.
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